Decálogo para un
Sistema Nacional de Salud de Cataluña
en catalàn: https://focap.wordpress.com/2020/07/14/decaleg-per-un-sistema-nacional-de-salut-de-catalunya/
A raíz de la pandemia de Covid-19 se han puesto en evidencia las fortalezas y debilidades de los sistemas sanitarios y estos han entrado en la agenda política y en el debate social. El modelo que ha funcionado hasta ahora en Cataluña, definido por la LOSC de 1990, está agotado y a lo largo de los años ha demostrado graves problemas para responder adecuadamente a las necesidades de salud de la población, así como para conseguir un óptimo aprovechamiento social de los recursos que se dedican. En la actualidad, la sanidad catalana ocupa uno de los últimos lugares en las clasificaciones comparativas entre comunidades autónomas. Ante los viejos y nuevos retos que deben afrontar los próximos meses defendemos:
1. Convertir el
Servicio Catalán de la Salud en el Servicio Nacional de Salud de Cataluña
(SNSC)
Un SNSC que
planifique, gestione y evalúe todos los servicios que lo constituyen. Que dé
cobertura universal a todas las personas que viven en Cataluña. Con provisión
totalmente pública porque se ha demostrado, nuevamente ahora durante la
pandemia, que son los servicios públicos los que están mejor preparados para
dar respuesta a las necesidades sanitarias de la población. Un sistema
transparente donde sea posible seguir la trazabilidad del dinero público y el
control democrático de su uso.
Desaparición del
CatSalut, porque en un SNSC con recursos sanitarios propios y con las funciones
de planificar, gestionar y evaluar que le son propias, es innecesario.
Revisar y
reordenar el gasto sanitario de manera que se aleje de los actuales criterios
mercantiles y optimice los recursos disponibles.
2. Desaparición
del Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña (SISCAT) y
establecer un plan de nacionalización de todos los servicios.
Integración en el
SNSC los centros y entidades sin ánimo de lucro como entidades propias de la
Generalidad. Excluir los centros y entidades con ánimo de lucro de la provisión
pública (salvo en situaciones excepcionales).
La colaboración
público-privada y la entrada en el SISCAT de empresas con ánimo de lucro ha
demostrado ser una fuente de ineficiencia y corrupción que el CatSalut ha sido
incapaz de controlar.
Actualmente el
50% del gasto del Departamento de Salud acaba en manos privadas y fondos de
inversión, y sin lugar a dudas tendrá una mayor rentabilidad social si este
dinero se destina a recursos públicos.
3. Un SNSC
financiado con los impuestos y que integre todos los subsistemas actualmente
existentes.
Que garantice una
sanidad justa e igual para todos sin privilegios ni ley de cuidados inversos.
Integración de la
salud laboral en el SNSC con aportación de las actuales cuotas patronales para
su financiación. Eliminación de los seguros pagados con fondos públicos
(MUFACE, ISFAS, MUJEJU, etc.) que dan cobertura a colectivos de funcionarios,
empleados públicos y parlamentarios.
4. Un SNSC que
ofrezca una atención basada en procedimientos de eficacia demostrada, de mejor
balance coste-efectividad y que vele por la seguridad de las personas
atendidas.
Revisar la
cartera de servicios y prestaciones de productos sanitarios y farmacéuticos
para ajustarla a criterios de efectividad y eficiencia tanto en las actividades
curativas como preventivas. Elaboración de un plan de des-medicalización.
Desarrollo de una agencia pública de evaluación de tecnologías, productos y
servicios, que debe informar antes de una nueva incorporación o financiación
pública.
5. Un SNSC
primarista en el que la Atención Primaria y Comunitaria constituya la base y
centralidad del sistema.
Después de una
década de infradotación presupuestaria proponemos recuperar una financiación
digna de la APS y destinar, como mínimo, el 25% del gasto sanitario público a
los equipos de Atención Primaria. Recuperar y reforzar los vínculos con la
población adscrita y las dimensiones y requisitos que dan valor y evidencia de
buen servicio a la salud de las poblaciones: Accesibilidad, longitudinalidad,
globalidad y coordinación con el resto de niveles asistenciales. Asunción por
la APS de todas las actividades asistenciales que se producen en el entorno
comunitario: atención domiciliaria, los centros residenciales ... Por eso hay
que aumentar la dotación de personal e impulsar los roles y la responsabilidad
compartida de las diferentes profesiones, en especial de la enfermería.
Dar a la AP el
prestigio social y académico que le corresponde, empezando por la universidad
con la creación de departamentos de medicina de familia en las facultades de
Medicina, y hay que hacerla una especialidad atractiva para los mejores
profesionales.
Es imperativo
retroceder en la tendencia a que dispositivos como el 061 o el SEM ocupen una
centralidad y unas funciones que no les corresponden, como son hacer de puerta
de entrada al sistema, hacer seguimientos clínicos o hacer prevalecer el
criterio asistencial por delante del criterio del / de la profesional
referente.
Necesitamos un
sistema sanitario que ponga el cuidado y el acompañamiento en el centro. Una AP
que trabaje coordinadamente y conjuntamente con la red de atención
sociosanitaria.
Todo un cambio
paradigmático que debe ser hecho y dirigido desde la AP.
6. UN SNSC que
supere el hospital-centrismo y reordene la red hospitalaria de Cataluña.
Creación de Hospitales adecuados al siglo XXI y reforma profunda del
terceriarismo.
Cataluña no
necesita más hospitales, incluso hay que revisar la adecuación de algunos que
tienen un número ínfimo de camas de agudos. Necesita que los hospitales adecuen
su actividad a las necesidades de la población que atiende, básicamente a todo
aquello que por su complejidad, necesidad de tecnología o de experiencia focal,
sobrepase las atribuciones de la APS. El SNSC necesita hospitales de futuro,
que asuman lo imprescindible, dejen el resto de procedimientos y patologías en
la APS, y se coordinen bien con esta para dar una respuesta ágil a los
problemas de salud.
Hay también
concentrar (en vez de diversificar como ocurre actualmente) el terciarismo,
tanto con respecto a las elevadas necesidades tecnológicas como de
profesionales altamente cualificados y con experiencia.
7. Un SNSC con
sistemas de Salud Pública fuertes y bien coordinados con la APS
Se debe comenzar
por aumentar el presupuesto de Salud Pública (SP) y dotarla de estructuras
adecuadas para que pueda trabajar en el terreno y sea capaz de hacer frente a
futuras olas de la actual epidemia o a nuevas pandemias. La SP debe estar muy
bien coordinada con la APS, hasta el punto que hay que pensar en la creación de
organismos estables de coordinación entre los dos sistemas.
La SP debe velar
por la aplicación de «Salud en todas las políticas», y en este aspecto es quien
debe orientar las actuaciones del Departamento de Salud y del resto de Departamentos
de la Generalitat, porque la salud depende sólo en una pequeña parte del
sistema sanitario y en gran parte de las condiciones de vida y trabajo de las
personas y de factores medioambientales.
8. Condiciones
laborales justas y estables por los trabajadores y trabajadoras sanitarias
Mejorar las
condiciones de trabajo y sueldos de todos los trabajadores sanitarios.
Conseguir contratación estable, eliminando la precariedad para evitar los
continuos cambios de puestos de trabajo, lo que dificulta la constitución y
estabilidades de los equipos y el vínculo con pacientes y compañeros.
Que todos y todas
las trabajadoras de los dispositivos sanitarios sean consideradas trabajadoras
sanitarias y que ninguno de aquellos sean externalizados (trabajadoras de
limpieza, de cocina ...).
Todas las
trabajadoras del sistema público deben tener un solo convenio laboral, para
reducir las desigualdades actualmente existentes.
Hacemos mención específica
a mejorar las condiciones laborales de médicos, médicas, enfermeros y
enfermeras en formación, y mejorar también la formación y las condiciones
laborales del personal administrativo sanitario.
Desarrollar
políticas de igualdad de género para romper el actual techo de cristal que
impide la progresión laboral y profesional de las mujeres.
9. Direcciones
comprometidas y democráticas
La gestión
empresarial impulsada en los servicios sanitarios de Cataluña desde hace años
ha creado un seudoliderazgo que en vez de estimular el buen hacer de los
profesionales y dirigirse a la consecución de los objetivos del sistema y a la
atención a la salud y cuidado de las personas ha constituido una rémora y una
fuente de desconfianza por el profesionalismo.
Urge una
regeneración de las direcciones a todos los niveles, con recambios masivos y
potenciar el funcionamiento democrático de los equipos y la autonomía de
gestión.
Con la
desaparición del CatSalut deberían desaparecer las formas de gestión
gerenciales. El gerencialismo y la gestión empresarial exclusivamente basada en
la eficiencia de los servicios sanitarios ha sido una fuente permanente de desconfianza
y descontento de los trabajadores y trabajadoras sanitarias y ha ido en
detrimento de planificar los servicios en función de las necesidades sanitarias
de la población.
10. SNSC que
entienda, tenga en cuenta y se enfoque hacia los determinantes de la salud, y
la salud de la comunidad. Con participación comunitaria y coordinado con las
redes comunitarias
Un SNSC
organizado sobre la base de entender que la salud no es una cuestión individual
sino colectiva y que depende sobre todo de condiciones sociales, económicas y
políticas. Es por eso que como SNSC debe preocuparse por los determinantes
sociales de la salud y trabajar de forma integrada en y con la comunidad y sus
redes sociales.
Impulsar la
participación comunitaria en los dispositivos de salud, sobre todo con la
creación de Consejos de Salud de los Centros de APS y con la presencia de los
profesionales sanitarios en las redes de autoorganización ciudadana con un rol
de consultores y colaboradores. Son las personas, como protagonistas de sus vidas,
las que conocen las carencias que el sistema sanitario presenta hacia la
cobertura de su salud. Es la ciudadanía la que debe marcar conjuntamente con la
APS, como primer nivel asistencial, las líneas de trabajo para mejorar la salud
de toda la comunidad.
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