ANÁLISIS Y PROPUESTAS PARA INTENTAR SUPERAR LA SITUACIÓN CRÍTICA DE LA ATENCIÓN PRIMARIA TRAS LA PANDEMIA COVID
El deterioro de la Atención Primaria se venia produciendo desde años antes de la pandemia por coronavirus. ahora la saturación de los centros de salud por el exceso de actividad en la pandemia, las acumulaciones o la falta de profesionales, etc, no deberia servir de coartada para que las administraciones públicas o los grupos profesionales limiten el acceso a los centros de salud y a la atención sanitaria poniendo barreras físicas o funcionales.
La progresiva degradación de la AP ha sido consecuencia de decisiones
políticas a través de una financiación insuficiente, una mala gestión de los
recursos y la potenciación de la medicalización. Algunas administraciones y
grupos profesionales han aprovechado la forma de afrontar la pandemia para
organizar la demanda a su gusto, que se resume en menos actividad
presencial y más actividad interpuesta: teléfono, telemedicina, correo
electrónico, etc…, lo cual tendrá consecuencias nefastas para la población más
pobre, de más edad y la más necesitada, porque es la menos “digitalizada”, así
como para la atención de los procesos agudos sobrevenidos (cáncer, por
ejemplo), cuya visibilidad entorpece, y que tendrán como consecuencia un
aumento de la inequidad.
Esta actitud no puede ser defendida por los profesionales que entendemos que
los centros de salud deben solucionar las necesidades de los individuos y de la
población, que la AP no debe incrementar aún más las desigualdades
sociosanitarias si no, al contrario, intentar aminorarlas; que la AP debe
incrementar su capacidad resolutiva accediendo a más recursos diagnósticos y
que debe facilitar el acceso de los pacientes poniendo a su disposición el
profesional que más se adecue a su problema de salud y la forma de contacto
más rápida y resolutiva.
De no ser así, y si se siguen poniendo trabas, demorando consultas o
derivando innecesariamente pacientes, la AP perderá prestigio y cada vez mas
personas, ya que las que se lo puedan permitir tenderán a acudir a la
asistencia privada buscando soluciones ágiles y utilizando los Centros de Salud
como un mero paso para acceder a medicamentos y pruebas complementarias.
Los puntos que siguen recogen las medidas que consideramos
necesarias para recuperar el potencial y las capacidades de la AP, y
pretenden suscitar un debate amplio entre los profesionales con la esperanza
de influir en las políticas públicas, para que reconsideren tanto el actual modelo
de la AP como el mutualismo (que lastra el prestigio de la misma) y para que el
denominado Plan de Recuperación, transformación y resiliencia (componente
18) cuente con una financiación específica y suficiente.
1.- Recuperar lo recortado en los últimos años, incrementando el
presupuesto (hasta el 25% del total) y las plantillas de personal y
eliminando las trabas de acceso a pruebas diagnósticas y terapéuticas. Ofertar
Empleo Público estable y de calidad y estabilizar las plantillas mediante OPEs
con la suficiente periodicidad.
2.- Garantizar unos Centros de Salud abiertos, accesibles, próximos a toda
la población y sin listas de espera
3.- Dar prioridad a las consultas presenciales, fundamentales para lograr una
eficaz relación profesional/paciente y una atención de calidad. Las consultas
telefónicas y telemáticas deberán tener un papel complementario y no
discriminatorio para personas mayores o con dificultades para manejar las
nuevas tecnologías.
4.- Incrementar significativamente la enfermería comunitaria e incorporar
nuevos profesionales a los equipos (fisioterapia, matronas, salud mental,
logopedia, atención temprana, farmacología clínica …), ahora solo accesibles
por derivación externa, y con inauditas demoras, lo que ocasiona fugas de
pacientes. Limitar el número de consultas médicas sin modificar las estructuras
de personal y el funcionamiento de los centros genera listas de espera
inaceptables.
5.- Incrementar el personal de las áreas de admisión, formarlo
adecuadamente para mejorar la relación con la comunidad y garantizar, en
estrecho contacto con el personal asistencial, la distribución de las demandas
de atención en los Centros.
6.- Desmedicalizar la Atención Primaria y ofertar opciones de cuidados con
una orientación comunitaria y sociosanitaria, teniendo en cuenta el
envejecimiento poblacional creciente y las situaciones que ocasionan inequidad
(migración, paro, pobreza,…); así como favorecer los autocuidados y el apoyo
mutuo, la promoción, la prevención y la rehabilitación.
7.- Mejorar la relación con el nivel hospitalario, potenciar los Procesos
Asistenciales como base de la atención de salud, coordinados desde la
Atención Primaria, incrementando su capacidad resolutiva
8.- Desarrollar la orientación comunitaria en los centros de salud con la
colaboración de Salud Pública y la consideración de los determinantes sociales
de la salud. Promover la participación de las administraciones locales para la
promoción de salud identificando y promoviendo los activos para la salud de la
comunidad. Mejorar la atención socio sanitaria a personas mayores y a otros
grupos vulnerables.
9.- Trasformar las Áreas de Salud para que se conviertan en el espacio para
la integración de todas las actuaciones y actividades de salud, dotándolas de
instrumentos para la planificación y gestión participativa
10. Garantizar la participación y empoderamiento de los ciudadanos para la
promoción de salud y la mejora de los servicios sanitarios constituyéndose consejos de salud que permitan una participación real y efectiva. La
participación ciudadana no debe ser sólo para la mejora de los servicios
sanitarios sino también en estrategias de promoción de salud. Si nos limitamos
a los Consejos de Salud de Área no habrá una participación real, deben ser
también de ámbito municipal y en algunos casos de Zona Básica de Salud.
11.- Promover el nivel de inteligencia de la Atención Primaria potenciando las
actividades formativas, docentes y de investigación, con recursos y
equipamiento propio y suficiente.
Si bien es cierto que los cambios en la forma de trabajar en enfermería y
medicina durante la pandemia nos han permitido conocer ciertas ventajas de
nuevos tipos de consulta, esencialmente la telefónica, el correo electrónico o
las videoconsultas, que podrán permanecer para algunos procedimientos
(renovar recetas, partes de baja, dar informes, etc.), creemos que la atención
presencial debe ser la predominante, al menos por dos motivos.:
Por un lado,
porque dificultar la relación cara a cara entre profesional y paciente atenta
contra la deontología profesional y contra el derecho a la atención
personalizada, y la deshumaniza al distanciarla y al interponer artefactos.
Por
otro lado, es inadmisible una formación pre y postgrado de los profesionales,
de los MIR y de los EIR, basada en consultas telefónicas.
Como es lógico, cada uno de nosotros, profesionales de la Atención Primaria,
tenemos posiciones ideológicas diferentes, incluso puede que estemos de
acuerdo del todo, o solo en parte, con los puntos enumerados en el documento,
pero, en esta ocasión, las perspectivas de la Atención Primaria son tan oscuras
que deberíamos estar por encima de nuestras lógicas diferencias y mostrar
acuerdo en lanzar esta iniciativa. La pasividad, las discrepancias en los matices
o las actitudes excluyentes deben quedarse al margen cuando fortalecer
nuestra Atención Primaria no admite más demoras.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada